Partimos de Quellouno con la sensación de dejar atrás a gente maravillosa pero con la corazonada de que una gran aventura estaba por llegar. Y así fue. Aunque allá donde preguntábamos nos decían que era imposible llegar a Machupichu por nuestra cuenta, en nuestro corazón palpitaba lo contrario. “Solo se puede llegar con PeruRail (150$) o con un guía porque todo está muy mal” nos decían.
Esperamos como una hora hasta que una retro consigue dar paso a los peatones de uno y otro lado. Caminamos cerca de 2km hasta Santa Teresa y allí pronto encontramos hostal barato para dormir. Salimos a cenar y conocemos a tres españoles que nos cuentan sus aventuras para ir y volver a Machupichu. De alguna manera la sensación de que nos espera una gran aventura empieza a crecer al mismo tiempo que la emoción.
A la mañana siguiente, fuera de lo previsto, salimos relativamente tarde. La dueña del hostel nos dice que es muy tarde y peligroso que llevemos cuidado y no paremos de andar hasta llegar a Hidroeléctrica, donde hay una pequeña estación de tren.
Tomamos un taxi que nos lleva hasta otro derrumbe que hace de final del camino y allí una tirolina que nos cruzará al otro lado del rio. Haciendo cola hay como 15 gringos y otros tantos locales en una lucha locos por pasar. Después de una hora conseguimos llegar al otro lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario