Canoa

Salimos de Montañita dejando allí buena gente y buenos momentos ruta al norte, buscando la tranquilidad de algún pueblito costero. Nos hablaron de Canoa y alla fuimos. Tuvimos que pernoctar en Manta, una ciudad portuaria algo fea y con una onda peligrosa. Al dia siguiente seguimos camino; autobús, barco y autobús de nuevo…




Llegamos a Canoa. Pueblo chiquito de pescadores. Toda la playa está llena de chiringuitos con cocteles y música veraniega (pero de hace algún que otro verano en España).

Nos hospedamos en el hostel Bambú. Es relindo, enfrente del mar, rodeado de vegetación y por supuesto de mosquitos. La primera noche dormimos en la carpa, pero una intensa lluvia nocturna nos hizo cambiar de opinión rápidamente.


Aprovechamos la tranquilidad del día para pasear por la playa ya que en la noche algunos chiringuitos no daban tregua.


Conocimos a un chico, dueño de un vegetariano y comenzamos a hablar, antes de darnos cuenta estábamos en su casa cenando con su pareja y sus amigos una suculenta cena a base de langosta y un arroz muy bien cocinado. Fue una velada tan sabrosa como mágica.






Tan solo pasamos tres días allí. Nos vamos de nuevo hacia el interior, montañas, ríos, frio….



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