Taganga

Taganga es un pueblo de pescadores al norte de Santa Marta, rodeada de playas y montañas. Constituye una de las más importantes “estaciones de buceo” del Caribe colombiano, con casi 30 lugares para bucear.


Las aguas tibias y transparentes del Mar Caribe, el clima de verano permanente y las playas de arena blanca se mezclan con el espíritu cálido de su gente para hacer del Caribe colombiano el corazón de Latinoamérica y el sitio de destino tropical ideal, para quienes desean conocer de cerca la cultura latinoamericana y la riqueza de su historia reflejada en la arquitectura colonial y los vestigios de civilizaciones prehispánicas


Pasamos la noche en un bus semicama que recorrió media Colombia, y cuando por la mañana hace la primera parada nos damos cuenta de que la temperatura ha aumentado considerablemente.

En Barranquilla hacemos cambio de bus y continuamos hasta Santa Marta. Ya en Santa Marta compartimos un taxi con dos “gringas” que nos acerca cruzando una montaña en 10 minutos a Taganga.

Cuando bajamos del taxi son las 11.00 y empezamos a sudar de lo lindo! Esa tarde paseamos por el pueblo, y coincidimos con Angie y Tom, una pareja de australianos que habíamos conocido en la Paz. Nos alegramos mucho de verlos de nuevo y al días siguiente nos trasladamos al hostel donde estaban (El oso perezoso) que además era más barato.









El hostel era una casa de tres pisos, donde en los dos primeros se ubicaban las habitaciones y en el tercero había una terraza donde se servía el desayuno; un enorme crep de frutas acompañado de un jugo natural, en el que corría una brisa que junto a unas preciosas vistas de la bahía hacían que fuese difícil salir de ahí. Pasamos allí una semana, disfrutando de las playas y del pescado, que se podía conseguir al ayudar a los pescadores con su trabajo.


Las noches que pasábamos jugando a cartas o dados con Angie y Tom se convertían en borracheras, así que en pocos días decidimos no beber más para poder disfrutar de las mañanas y no morirnos deshidratados por las resacas.

Teníamos pensado hacer bastantes inmersiones en el Caribe, pero los contratiempos y la falta de plata hicieron que tan solo fuera Luis un día a hacer una inmersión. El lugar era precioso, arrecifes de corales con muchísima vida. Entre miles de peces que no sabría nombrar conseguimos ver langostas, peces león, globo, flauta y muchas variedades de anémonas.

Otro día hicimos una mini excursión a la Playa Grande. Una calita con muchísima menos gente y el agua mucho más limpia que se situaba a unos 20 minutos caminando a través de la montaña. Salimos tarde, eso hizo que pudiésemos estar poco tiempo pero también que estuviésemos solos en la playa.




Nos decidimos a visitar el Parque Tayrona, pero Angie y Tom no nos acompañaron, así que nos despedimos de ellos, pero esta vez definitivamente ya que ellos volvían a Australia en breve.

Dejamos lo innecesario en el hostel y con nuestra carpita y las mochilas más livianas emprendimos la marcha.



No hay comentarios:

Publicar un comentario