Coroico

Coroico, un pueblito enclavado en la selva fría o yunga, a 1750 metros. Es una tranquila villa en lo alto de una colina y rodeada de montañas que hace de este lugar el destino más popular entre los paceños y los viajeros que buscan un turismo de relax. Su nombre viene del quechua “coryguayco” que significa colina dorada. Desde La Paz (3660msnm) a Coroico (1750msnm) existe un antiguo camino conocido como “la carretera más peligrosa del mundo” serpenteando entre montañas con tan solo unos metros de ancho.


Nuestro tiempo en La Paz ha terminado, estamos deseosos de un ambiente tranquilo y natural. Nos dirigimos a Coroico. Durante el trayecto de dos horas en una incómoda combi el paisaje iba cambiando a nuestro paso, de repente la vegetación aumentaba y dejábamos atrás los áridos paisajes bolivianos que hasta ahora habíamos visto para entrar en una especie de selva alta que aquí llaman yunga. Empezamos a ver especies exóticas de plantas y aves.

Sacamos la cámara para hacer fotos y no se enciende…nos hemos dejado la batería cargando en el hostel de la Paz. Mal rollo durante 30 segundos y enseguida agradecemos a la tecnología móvil sus progresos…usaremos el móvil de Escarlata.

Encontramos un hostel que ni siquiera su bajo precio justificaba las condiciones en las que se encontraba. La humedad que había en la habitación era suficiente para cultivar setas o cualquier tipo de hongos que os podáis imaginar. Aun así, pasaremos dos noches ahí.
Esa misma noche, recorrimos el pueblito para ubicarnos…precioso!!!
Volviendo al hostel, cuando pasamos por la plaza de armas; un grupo de viajeros de lo más pintoresco, acompañados por una guitarra y una marioneta, nos invitó a compartir calimocho y conversación con ellos. Un ruso y un boliviano, varios músicos chilenos, una argentina que manejaba una marioneta y un francés y una peruana conociendo Bolivia. El cansancio del viaje nos hizo retirarnos pronto a la cama.


Al día siguiente nos despertamos tarde, y tras una ducha fría y varias maldiciones desayunamos directamente un menú (sopa, arroz y pollo) y cogimos un taxi para acercarnos a unas cascadas que estaban a 10 km del pueblo. Allí estaban los dos músicos chilenos de la noche anterior bajo los efectos del mdma. Pasamos una preciosa tarde con ellos cargándonos de energía en los saltos de agua y de historias de la selva amazónica que uno de ellos nos narraba. La vuelta al pueblo fue a pie y la noche nos alcanzó y con ella unos, hasta ahora desapercibidos, MOSQUITOS DEVORA-HOMBRES!!!!!!!! JEJEJE. Fueron dos horas de ataques continuos que incluso atravesaban las mangas de la camiseta.
Decidimos quedarnos un noche más, pero era imprescindible cambiar de hospedaje así que nos mudamos al hospedaje más cercano. Mucho mejor! Por qué no lo haríamos antes??


A la mañana siguiente salimos del pueblo caminando buscando un lugar lindo, tranquilo y con sombra donde sentarnos a tocar la guitarra y disfrutar de las vistas. Fue un día tranquilo.
Regresamos a La Paz, para recoger la batería y agarrar un colectivo hacia Copacabana.

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