Arequipa y la Región de los Cañones

Desde la llegada de los españoles en 1540, la segunda ciudad más grande del Perú (2350msnm) ha sufrido erupciones cada siglo. Los lugareños dicen que “cuando la Luna se separo de la Tierra, olvidó llevarse a Arequipa”. También conocida como “la ciudad blanca”. El mayor encanto de Arequipa reside en la manera en que sus habitantes disfrutan de las cosas buenas de la vida, sobre todo la comida especiada típica de la región, las compras refinadas y la vida nocturna.Llegamos de noche, con el tiempo justo de conseguir hostel y salir a cenar algo. Realmente no nos gustó en exceso lo que vimos. Parecida a una ciudad europea, con tráfico, bullicio y comercios por todos lados. Pasamos dos días con sus noches en un hostal cerca de la Plaza de Armas y aprovechamos la lavandería y el wi-fi para hablar con la familia y amigos.


Pronto salimos de allí buscando de nuevo espacios abiertos.
Chivay, situada a la entrada del Cañón de Colca, a 3630msnm, la capital de la provincia de Caylloma, es una pequeña población polvorienta y centro de transportes.
De nuevo llegamos de noche. Una señora que iba en el bus nos ofrece alojamiento a buen precio. Nos montamos los tres en una moto-taxi (torito) que nos deja en la plaza de armas. El hostal se llama “Hospedaje Rey”, y la verdad es que la habitación está muy bien, es grande y luminosa. Salimos a cenar algo: pizza con vino caliente…mmmm



El día siguiente hacemos la ruta de reconocimiento, vamos a la oficina de turismo, hablamos con la gente…finalmente decidimos que al día siguiente iremos a La Cruz del Cóndor, situada en el Cañón del Colca, nos tendremos que levantar a las 4.00h am para estar allí a las 7.00h. y poder ver los cóndores con más seguridad.
Y así lo hicimos! El famoso mirador de Cabanaconde es para muchos el lugar más destacable del cañón del Colca. Una gran familia de cóndores andinos anida en los afloramientos rocosos y, con suerte, se los puede observar planeando majestuosamente en las corrientes térmicas que ascienden desde el cañón, o bajando en picado y pasando sobre las cabezas de la gente.








Tuvimos suerte, y mientras escuchábamos como unos chamanes descendientes de incas nos hablaban de la conexión con la pachamama y del poder de las piedras y las hierbas medicinales; un enorme cóndor apareció por detrás de sus cabezas sorprendiéndonos gratamente. Dimos un salto y corrimos para seguirle la pista. Nada más mirar hacia el interior del cañón pudimos ver dos cóndores más. Qué pasada!! Es una pena que nuestra cámara no pueda captarlo bien…











Seguimos conversando con los chamanes y regresamos a Chivay juntos. Al llegar fuimos a almorzar algo y a descansar. Hemos quedado en 2 horas con ellos de nuevo. Paseamos por los alrededores de Chivay con los dos chamanes y al anochecer volvimos al hostel.
Mañana temprano no vamos para Cuzco.








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