Isla Ometepe y los volcanes Madera y Concepción.


Dentro del lago Cocibolca se encuentra una isla que es la más grande situada dentro de un lago en el mundo. La isla está formada por dos volcanes activos: el Madera y el Concepción.
Su nombre se debe al idioma Azteca que significa Ome=Dos e Tepelth=colinas debido a las montañas formadas por los dos volcanes que determinan la característica forma similar a un 8. Su superficie es alrededor de 270 kilómetros cuadrados y en la isla viven más o menos 35.000 personas, la mayoría se dedican a la agricultura, en particular en el cultivo del plátano y al turismo.
Llegamos a Rivas, un pueblito desde donde salen ferris y barcas hacia Ometepe, y agarramos un taxi que nos lleva hasta el muelle. Sin darnos apenas cuenta nos vemos arriba de una barcaza que transporta pasajeros junto a motocicletas y víveres.
Nos sentamos en el suelo de la borda sobre nuestras mochilas y  justo cuando terminábamos de acomodarnos el barco partió.
El trayecto duró como una hora. Una preciosa vista de la isla y cómo cada vez se hacían más grandes los volcanes nos ameniza el viaje.
Desembarcamos en Moyogalpa, un pueblito pequeño y poco turístico, ubicado en la falda del volcán Concepción. Pasamos la noche allí, no teníamos más ganas de autobuses.
A la mañana siguiente, temprano, agarramos un bus hacía Mérida, otro pueblito al otro lado del istmo que une los dos volcanes; son casi 4 horas de viaje y tuvimos que cambiar de autobús  donde aprovechamos para tomar el desayuno típico nicaragüense: El GalloPinto (arroz, frijoles, huevos y plátano frito) llamado así por el color parecido al plumaje de un gallo.
Llegamos a Mérida y nos bajamos del bus en la boca del camino que conduce a Hostel Caballitos Mar. Regentado por Fernando un español asentado en la isla con muy buenas relaciones con los locales. Resulta que Fer tiene medio apadrinados a dos niños vecinos y nos invita a acompañarlos al Ojo de Agua, una piscina natural, junto con los sobrinos e hijos de Adelita, la cocinera del hostel y después a cenar pizza. Nosotros aceptamos  inmediatamente. Justo antes de salir nos comemos un sándwich de queso manchego, aceite de oliva y tomate, Mmmmmm!!!
Lo pasamos genial con los niños; aunque en un principio Fernando les había dicho que éramos inspectores de comportamiento y estábamos para vigilar si se portaban bien o no, por lo que estaban un poco cohibidos, cuando paso un rato y nos metimos en el agua empezamos a jugar y disfrutamos de lo lindo. Una de las niñas nos enseñó una poesia que les hacen aprender en la escuela.

"Soy de Ometepe la isla afamada 
donde se goza sin plata y sin nada.
Yo me deleito bailando en la arena
con mi morena disipo las penas.
Monto a caballo con su aprejo
y yo lo concho con cualquier rejo
y como no soy tan pendejo
lo monto a puro pellejo."

Después fuimos a cenar unas pizzas y volvimos al hostel sobre las 8.
Allí conocimos a otros españoles que después de una interesante conversación sobre el Hombre y Dios decidimos hacer un tour a la desembocadura de un rio cercano. Empezó a llover a raudales y nos fuimos a dormir.
Amanezco con la idea de que no nos queda plata, miro el monedero y en efecto, si hacemos el tour no comemos. Así que después de desayunar una piña y dos bananos que compramos el día anterior le decimos a Fer que no podemos hacer el tour y que tenemos que marcharnos. Ya está bien de pedir dinero!!!!
Pasamos ese día en la isla de regreso hacia Costa Rica, aunque aun haríamos una parada en San Juan del Sur de nuevo para no darnos una paliza de viaje de vuelta.

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